Fue así como los niños acompañados de sus familias y algunos profesores, dieron muestra de su creatividad moldeando algunas piezas cuyo barro fue sustraído, a 30 metros de profundidad, de pozos del municipio de Acolman, Estado de México, esto cerca de la zona de Teotihuacán, según explicó el antropólogo.
De acuerdo con el especialista del INAH, con este taller además de impulsar la identidad nacional, también se contribuye a que preservemos el patrimonio arqueológico y se sensibilice, desde la primera infancia, sobre el valor del trabajo artesanal.
De esa manera el Colegio Hikma se sumó a un listado de instituciones educativas que han gozado del programa impartido por el INAH, con el cual, contribuye en la formación cívica infantil.
Los pequeños y sus papás incluso experimentaron la utilización de pinturas naturales para decorar sus creaciones que fue desde la creación de una placa con sus nombres hasta la elaboración de títeres prehispánicos.